miércoles, 7 de marzo de 2012

Kanye West - "Touch the sky" (2006)

Kanye West es un rapero y hip-hopero de no despreciable talento, y por lo tanto, afectado de la megalomanía que suele ser consustancial a las estrellas del género. Gracias a ella, y a su inspiración, tenemos este trabajado videoclip que hoy traemos a Mil y un videos: "Touch the sky".

La única canción del disco "Late Registration" que no fue producida por el propio West cuenta con la colaboración de Lupe Fiasco, quien a pesar de su nombre no es una decepcionante mujer mexicana, sino un rapero de Chicago, e incorpora en la base un sample de la sección de viento del conocido "Move on up" de Curtis Mayfield. El video es una parodia / homenaje al motociclista acrobático Evel Knievel, muy popular en los años 70 en Estados Unidos por sus continuos desafíos a la lógica, la gravedad y la prudencia. En concreto, el videoclip se basa en el intento fallido de Knievel por saltar el cañón de Snake River (Idaho) en 1974, del que se puede ver un extracto pinchando aquí.

Bajo la dirección de Chris Milk, un habitual del videoclip y la publicidad, esta pieza adopta la forma de una pequeña película setentera, con la estética y la imagen de la época ya desde los primeros segundos, donde tenemos los títulos de crédito. El personaje de West, llamado en referencia al original "Evel Kanyevel", se aproxima en coche al punto del Gran Cañón del Colorado junto a su pareja, nada menos que Pamela Anderson embutida en un corto mono blanco al que no le dio tiempo a coser suficientes botones.

En el punto de encuentro se halla un gran despliegue de espectadores y personal técnico para este importante acontecimiento, pues Kanye está resuelto a atravesar el Cañón de lado a lado en un cohete. El protagonista se abre paso entre la multitud de la mano de su chica, lo que despierta los recelos de Nia Long y Tracee Ellis Ross, las clásicas mujeres negras que se indignan de ver a un macho de los suyos de la mano de una blanquita.

Kanye supervisa los detalles del desafío que se propone realizar, mientras pasea de acá para allá las que seguramente sean las patillas más rectas que jamás se hayan lucido por el Cañón. Mientras, Pamela se encierra en la caravana visiblemente enfadada, no parece que tenga demasiado claro lo que Kanye está a punto de hacer.

Mal sitio para pegársela, Kanye

De hecho, cuando Kanye entra en la caravana discute con Pamela, en uno de los papeles más logrados de la rubia exvigilante de la playa. Observen qué intensidad dramática:


En lo que Kanye se cambia de ropa y se pone un mono de lo más resultón y coqueto, Lupe Fiasco salta al escenario a entretener al gentío, junto a la Booker T. Washington High School Marching Band y al entregado público, de resultas de lo cual se monta una fiestecica buena para amenizar la espera por West.


Por fin, Evel Kanyevel ha terminado de vestirse para la ocasión, y abandona la caravana para enfrentarse a su destino, ante el gesto de desaprobación de su sensata novia. En este punto es interesante señalar que el original Evel Knievel demandó a Kanye West porque la indumentaria que luce en el videoclip es un calco de la que él llevaba en sus arriesgadas actuaciones. La demanda no prosperó, pues prevalecieron los argumentos de los abogados de West relativos a la intención paródica y a la Primera Enmienda. De hecho, West y Knievel se conocieron en persona en 2007, pocos días antes de la muerte de éste, y acabaron en buenos términos.

Atiende qué disfraz. Te creerás tú que el Gran Cañón se puede saltar con ropa de andar por casa.

West se dirige hacia el cohete con paso firme y garboso, y en el último minuto Pamela hace lo que le dio fama mundial: correr con los melones descontrolados, para plantarle a su hombre un beso, que es medio de despedida y medio de ánimo.

Por fin, nuestro héroe embarca en su cohete e inicia el despegue. Todo va bien hasta que alcanza la máxima altura prevista, pero algo ha fallado en los cálculos, y la trayectoria descendiente empieza antes de lo previsto; la parábola no va a permitir que los planes de Kanye lleguen a buen término. Viendo las caras de Kanye en el ascenso y en el descenso se comprende lo delicado de su situación.


El choque del cohete contra el suelo en el 4:12 se refleja con un "efecto especial" deliberadamente amateur, para espanto de los presentes y de una Pamela Anderson a la que no le va a quedar ni el consuelo del "te lo dije", pues se nos sugiere que Kanye no sobrevive a su reto.

Casi un millón de dólares se invirtió en grabar este videoclip, la historia de un hombre que cumple brevemente su sueño, tocar el cielo, y pierde la vida en ello.




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