domingo, 16 de febrero de 2014

Eminem - "Stan" (2000)

Un rapero blanco que triunfa. Sí, a veces pasa. Las menos. No recordemos a Vanilla Ice o a Snow como casos de éxito, pues su gloria fue efímera, pero en ésas llegó Marshall Bruce Mathers III, se cambió el nombre a Eminem, y ofreció al mundo las rimas que llevaba escribiendo desde los 14 años, con incontestable éxito de crítica y público.

"Stan" fue el tercer single del recordado disco "The Marshall Mathers LP", y samplea el inicio del tema "Thank you" de la cantante inglesa Dido, que desempeña un papel en el videoclip. Existen dos versiones, una larga de 8 minutos y una más breve, de 6, que será la que nos ocupe aquí.

"Stan" es la historia de un fan obsesionado hasta la locura, de un tipo inseguro y solitario que ha creído encontrar un alma gemela en su artista favorito, con cuyas letras se identifica totalmente. Ya en la primera secuencia los directores Phillip Atwell y Dr. Dre (sí, productor y rapero también dirige videos) nos dejan claro que en la cabeza de ese fan desquiciado, interpretado por el actor canadiense Devon Sawa, no va nadie al volante, porque le vemos aclarándose el pelo para parecerse a su idolatrado cantante.

De aquí al estrellato, pensaba Devon

Su embarazada novia, Dido, entra preocupada llamándole Stanley, pero él no hace caso al tono de súplica de su voz y le grita que no le llame así. Al poco se nos intercala un plano del propio Eminem, que hace de sí mismo, recibiendo el correo de los fans a bordo de un tren.

Stan tiene un sótano que da cosica, porque es un verdadero templo de su obsesión. Fotos, pósters, merchandising y una tele que reproduce los videos del cantante son su refugio ante un mundo en el que no es feliz, ni siquiera con la expectativa de ser padre.

Se ve que por aquí no ha pasado una madre, porque lo dejaba despejadito en cero coma

El video se estructura en torno a las estrofas de la canción, tres en las que el fan le escribe al cantante y va empeorando el tono y el mensaje ante la falta de respuesta, y una cuarta en la que es Eminem el que le responde cuando ya es demasiado tarde. La pinza de Stan está tan ida de su sitio que en el 1:24 le devuelve el saludo a la tele cuando su ídolo pasa por la pantalla.

Stan envía cartas a Eminem con la regularidad y el entusiasmo con que de niños escribimos a los Reyes Magos. Es interesante ver la influencia del azar en el deterioro mental de Stan cuando, en el 2:18, una de sus muchas cartas se pierde en Correos, contribuyendo a enfurecerle más ante el mutismo del cantante al que tanto adora. Mientras, la relación con su pareja va a peor cada minuto, increpándola, por ejemplo, por interrumpirle mientras ve un videoclip (por cierto, el de What I Am).

En la siguiente estrofa, Stan se cabrea con Eminem por no haberle atendido después de un concierto, ni a él ni a su hermano pequeño, del que dice que tiene 6 años y que le admira aún más que él mismo. El fanatismo llega al extremo de que en el 3:10 Stan cambia a su novia por Eminem en una foto, un gesto en el que yo vería una pulsión homoerótica si no fuera porque todos conocemos a Eminem.

Dido aprovecha que Stan duerme para bajar a ese sótano en el que su novio hace su vida y del que ella está excluida, y claro, lo que ve cuando llega no le gusta, y es lógico, porque es toparse de frente con la locura de su pareja.

Al menos no te ha dejado el comedor hecho un Cristo

La mecha definitiva prende en la inestable cabeza de Stan, que, tras ponerse fino de vodka y pastillas (como reconoce en la estrofa) mete a Dido en el maletero del coche y se lanza a una carrera sin destino, conduciendo a toda velocidad bajo la lluvia (casi todas las escenas son de interior, o de exterior lluvioso, acentuando el tono oscuro y lúgubre de la canción y de la mente del protagonista).

Mientras conduce, Stan dicta su última carta a una grabadora, a la que le cuenta lo decepcionado que está, mientras vemos cómo ha ido destruyendo ese altar íntimo levantado en honor al artista. El amor incondicional se transforma en odio absoluto ante nuestros ojos.


Stan le desea a Eminem que cargue con su muerte en su conciencia, y en el último momento se da cuenta de que si se suicida no podrá enviarle la cinta que acaba de grabar. Pero es demasiado tarde, porque otro coche se le viene encima y de un volantazo acaba cayendo de un puente, llevándole a él, a su novia y a un bebé no nato a un muerte segura.

Queda una última estrofa, en la que Eminem responde, con sensatez, cariño y tino, las muchas cartas de Stan. Le pide disculpas por no haberle saludado después del concierto, le pide que cuide de su novia, le recomienda ayuda profesional para que pueda superar sus problemas... Mientras escribe, vemos escenas de rescate de los cuerpos bajo el agua, del funeral de Stan con su madre y su hermano pequeño, de las noticias del accidente... Es impactante el momento en que el hermano de Stan descubre su cabeza y le vemos con el pelo aclarado, como hacía Stan al inicio del video, dando la impresión de que el ciclo va a repetirse si nadie lo impide.


Eminem le pide a Stan que no acabe como el chico que salió en las noticias, que se suicidó y mató a su novia tirándose con su coche por un puente... y a medida que habla se da cuenta de que está refiriéndose al propio Stan. Es un final de impacto porque, durante un segundo y bajo la luz de un relámpago, vemos que el cristal del tren no refleja a Eminem sino al propio Stan.


La censura se llevó por delante algunas partes de la letra, por malsonantes o violentas. Éste es uno de los videoclips más cinematográficos y menos egomaníacos de Eminem, en el que él no es la estrella ni canta sobre los problemas de ser rico y famoso, sino que se mete con acierto en la piel de un fan y advierte de los peligros de la idolatría en las personas con la sesera más delicada.

domingo, 2 de febrero de 2014

PODCAST DE "DEVORADORES 2: ELECTRIC BOOGALOO" - "GREATEST HITS DE LA MÚSICA BIZARRA"


Después de varios meses los descerebrados de "Devoradores 2: Electric Boogaloo" nos hemos reunido para grabar otro programa musical. Esta vez dejamos el cine de lado y nos centramos en la música. 

Bueno, es un decir porque vamos a rescatar 10 temazos de música bizarra. La mayoría de ellas reflejo de la época dorada del cassette de gasolinera.

En nuestra cara A encontraréis un himno del pasotismo, un famoso cómico fusilando a Sugarhill Gang, la receta para ser la esposa ideal, unos hermanos sin gracia destrozando a Bowie y una oda al folleteo.

En la cara B tenéis una elegía al caudillo, otro cómico rapeando sobre un petrolero texano, criaturas de la noche y el vicio, la historia de una japonesa venida de Hong-Kong ¿? y una curiosa apología de la violencia de género.

¡Lo mejor de cada casa!. Si os pica la curiosidad, pinchad el enlace y como no, pulsad el play.