sábado, 24 de diciembre de 2011

Frankie Goes to Hollywood - "The Power of Love" (1984)

Con motivo de las fiestas navideñas (felicidades para unos, que les sea leve para otros), los responables de este blog hemos decidido celebrar estas fechas señaladas con un videoclip temático. Y para no recurrir a los típicos "Last Christmas" de Wham!, o los correspondientes "hits" navideños de Mariah Carey, Gloria Estefan, etc., hemos decidido hacer un post sobre este vídeo injustamente olvidado.

Los 80 fueron una década contradictoria. Sólo así se explica que Frankie Goes to Hollywood después de escandalizar a medio mundo con el vídeo de "Relax" (un canto al hedonismo y a la lujuria), sorprendieran más todavía con este vídeo sobre la Natividad del Señor que parece producido por el mismísimo Vaticano.

Los autores del videoclip fueron el duo Godley & Creme, que a lo largo de los 80 firmaron trabajos para The Police, Sting, Duran Duran y Peter Gabriel, entre otros. Decidieron filmar un vídeo sobre la Natividad siguiendo fielmente la iconografía cristiana, dándole una estética de "estampita" que no afecta al resultado final.

Los marcos dorados que aparecen intermitentemente encuadrando la acción y donde podemos ver a los miembros de la banda con Holly Johnson a la cabeza, fueron insertados después debido a las presiones (absurdas por otra parte) de los responsables de las cadenas de TV británicas.

La estrella guía la acción en todo momento y se nos narra tanto el viaje de los Reyes Magos como el de Virgen María y San José. Mis momentos favoritos del vídeo son dos: el primero, entre el 1:30 y el 1:45, es un plano a contraluz de los Reyes Magos llegando a la cima de una montaña rematado con un plano fijo de ellos en la cima. El segundo, es en el 2:32, cuando el ángel se aparece a los pastores de forma tan deslumbrante como amenazante, coge la estrella y la coloca en el portal.

Una última aclaración, la letra de la canción no habla sobre la Natividad, o eso ha afirmado siempre Holly Johnson. Habla de una especie de amor sobrenatural y protector pero también algo oscuro. En su día muchos vieron en su letra una metáfora del SIDA (en esa época era asunto de primera plana).

Eso es lo de menos, en este blog lo que importan son las imágenes y con este vídeo queremos desearos:


                                

lunes, 19 de diciembre de 2011

Guns'n'Roses - "November Rain" (1992)

La imagen con la que queremos quedarnos de Guns'n'Roses es la de su etapa de esplendor, entre finales de los 80 y principios de los 90, antes de que a Axl Rose le diera por fagocitarse a sí mismo, pelearse con el resto de la banda y pegarse diez años sacando un disco que no fue a ningún lado. Axl no era sólo un tipo obsesionado con embutirse en mallas cada vez más apretadas, sino que era un rockero con corazón, un tipo enamorado capaz de cantarle a la pérdida del amor de su vida. Con esa voluntad, nos dio "November Rain".

Este tema dura unos nueve minutos, gracias en parte a los largos solos del guitarrista Slash, y se incluía en el disco "Use your illusion I". El videoclip se ajusta perfectamente en su estética a la narración desgarradora de un gran amor malogrado, ya que entremezcla la historia romántica de Axl (con su boda y su posterior funeral) con imágenes de la banda tocando el tema en un gran teatro y con orquesta; el conjunto resultante es de una gran belleza.

Costó un millón y medio de dólares rodar "November Rain", bajo la dirección de Andrew Morahan. Sólo el vestido de novia de Stephanie Seymour (muy metida en su papel de novia de Axl porque era en realidad la novia de Axl) costó unos 8.000 dólares.

Arreglá pero informal

Lo primero que vemos del video es que Axl es un hombre atormentado que mezcla, insensatamente, pastillacas y alcohol para poder conciliar el sueño, solo en una cama grande, en mitad de una noche tan desapacible como su propia alma. Ahí empiezan a intercalarse las imágenes de la actuación en el Orpheum Theatre de Los Angeles.

La pequeña capilla que aparece en mitad de un desierto está ubicada en Nuevo México, pero no es la que alberga la boda, como se puede apreciar más adelante, cuando los novios salen de la iglesia. El director juega así con dos espacios, porque da la impresión de que Slash sale de la iglesia a tocar pero en realidad se encuentra en una zona abierta y desértica.

A lo largo de toda la secuencia de la boda se puede comprobar cómo Axl tampoco temía a los estilismos audaces para plantarse frente al altar, llevando las chorreras donde ningún heavy se atrevió a llevarlas antes. Personalmente, siempre me fascinó el contraste entre la pompa propia de una ceremonia de casamiento católica y los looks rockeros de los invitados. Para interpretar al cura, se eligió a un cura de verdad, amigo del cantante, llamado Gianantonio.

Hacían una pareja super-bonica

Se introduce un pequeño flashback de su noviazgo, echando unas risas en un bareto con los colegas de la banda, en el que resulta llamativa la chaqueta de Axl porque lleva serigrafiada una imagen de Madonna, que era lo último que yo esperaba ver en su fondo de armario:


Los solos del Slash (sobre todo el primero, desde el 4:05 al 5:02, y luego del 5:28 al 5:53) no se rodaron con facilidad. Por una parte, muchas de las tomas están hechas desde un helicóptero, lo que incrementaba el coste y la dificultad, y por otra, Slash se abre tanto de piernas que en cualquier momento puede lesionarse como un futbolista.

La pareja va a celebrar el bodorrio, convenientemente cambiados de ropa para no ir incómodos, si bien la chaqueta de Axl es igualmente criminal que lo que llevaba puesto cuando le dio el "sí quiero" a la mujer de su vida.


La fiesta posterior a la boda se distingue por la variedad de sus invitados, lejos de la lista de crápulas que uno pudiera dar por sentado en una boda de este estilo. Hay niños y mayores, y lo que menos se espera uno en la boda de Axl Rose: un acordeonista.

Que llueva en una boda trae mal fario; de repente la celebración al aire libre se transforma en una serie de carreras para buscar refugio ante la lluvia, llegando al punto rídiculo del minuto 6:59, en el que un invitado gañán se lanza por encima de la mesa y se lleva la tarta por delante, para no mojarse.

Por Dios, que sólo es agua, no lluvia ácida. Ni que estuvieran celebrando la boda en Chernobil.

Lo siguiente que vemos es ya el funeral de la recién casada, sin que sepamos de qué ha muerto. ¿Suicidio? ¿Accidente ¿Enfermedad? El video deja esa incógnita deliberadamente al aire, porque lo que importa es destacar el dolor de Axl al haber perdido a la mujer que amaba, al tener que entregar a la tierra su corazón en un féretro. No obstante, el hecho de que el ataúd lleve un espejo da pistas sobre la causa de la muerta, ya que es una técnica habitual en caso de trauma craneal para funerales de féretro abierto.

Es en el funeral y el entierro cuando la música alcanza su clímax épico, con Slash subido al piano de Axl Rose. Vuelve a llover mientras el cantante despide a su amada (la lluvia será siempre una tortura), y el video se cierra con un plano hermosísimo: Axl sueña que Stephanie ha tirado el ramo, y éste se transforma en el aire en el ramo sobre el féretro, cuyas flores rojas se van destiñendo lentamente.


"November Rain", una joya videográfica de una buena banda de rock que brilló mucho en pocos años.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Weezer - "Buddy Holly" (1994)

Si hay un director revolucionario en el mundo del vídeoclip en los últimos veinte años, ése es sin duda Spike Jonze (foto). Nacido en Maryland en 1969, Jonze ha alternado su trabajo de realizador de vídeoclips (principalmente con Beastie Boys y Fatboy Slim) con la realización de cortos y largometrajes. Tres son sus películas hasta la fecha: "Cómo ser John Malkovich" (1999), "El ladrón de orquídeas" (2002) y "Donde viven los monstruos" (2009), cintas que destacan por su originalidad y estilo visual.


"Buddy Holly" fue el segundo single del álbum de debut de Weezer, que se llama como la banda aunque también se le conoce como "The Blue Album", debido a que la austera portada del mismo era una foto de la banda delante de un fondo de ese color.

El vídeo toma como eje principal la mítica serie (en EEUU) "Happy Days". En el "Arnold´s Drive-In", el bar donde la muchachada que protagonizaba la serie pasaba el rato y hablaba de sus cosas. Tras una breve "intro", donde un reportero de TV nos avanza la actuación del grupo, entramos en el bar donde Al (Al Molinaro) presenta a la banda.

Durante la actuación se mezclan planos de la banda con imágenes de archivo de la serie sin importar lo más mínimo la continuidad, sobre todo en lo referente a la vestimenta. A lo largo del vídeo vemos a los personajes más importantes de la serie, principalmente la familia Cunningham.

Vemos varias a veces a Ron (en aquella época Ronny) Howard en su rol de Richie y brevemente a su hermana Joanie (interpretada por Erin Moran) intercambiando "miraditas" con el batería en el 2:38, lo siento por el pobre Chachi (tal vez por eso no aparece en el vídeo). A sus padres (Tom Bosley y Marion Ross) y también podemos ver a Potsie, el mejor amigo de Richie. Precisamente fue Potsie, o mejor dicho Anson Williams, el único que se quejó por la utilización de su imagen en el vídeo, pero David Geffen le convenció de no demandar a la discográfica vía carta, ignoramos si era coactiva o no.

Pero el mejor momento del vídeo, aparte de la pausa con la cortinilla original "Stay tuned for more Happy Days", es a partir del minuto 2:00, cuando empieza el show de Fonzie (Henry Winkler). Fonzie siempre me ha parecido uno de los ídolos juveniles de la TV americana más ridículos. En especial por su edad, aunque debo admitir que Winkler dotaba a su personaje de mucho carisma con toda esa gesticulación.

Entra en el bar (2:09) con las manos en los bolsillos, con esa sonrisa y ese leve movimiento de cabeza entre "mira qué buen tipo soy" y "cómo molo y lo sé". En el 2:28 "habla" con el batería, éste le señala como diciendo "tío, ¿no vas a bailar o qué?" y Fonzie se abre de brazos poniendo su cara de "soy Fonzie, ya me conoces. Y yo la lío cuando quiera". A partir del minuto 3:00 empieza a bailar una mezcla de baile irlandés y kazachok (¡!), para regocijo de los presentes (incluido a un Pat Morita -3:15- antes de que se dedicara a explotar adolescentes mientras les enseñaba kárate), se hace el dueño de la pista y se va con dos chicas. Fonzie no, más bien un doble que canta un poquito.

Una vez vacío el local, la banda se va tras hablar con Al Molinaro, el único actor que llegó a interactuar con Weezer durante el rodaje.




Fonzie era guay (Peter Griffin fundó una Iglesia donde predicaba sus "hechos"), pero también protagonizó uno de las escenas más patéticas y ridículas de la historia de la TV. Es la que pueden ver a continuación:



Desde ese momento "Jump the Shark" es una expresión que se utiliza en EEUU cuando una serie da un giro argumental lamentable y absurdo que lastrará el devenir de la misma.