domingo, 8 de enero de 2012

Jewel - "Intuition" (2003)

Ahora que acabamos de dejar atrás la locura consumista de las fiestas navideñas, quizás sea una buena idea dedicar este primer post de 2012 a un video que, con claro tono paródico, nos invita a reflexionar sobre la invasión de las marcas y la publicidad en nuestra vida diaria.

En 2003, la cantante norteamericana Jewel lanzó su disco "0304". Para los fans más integristas de la compositora, el giro fue difícil de entender y digerir. En el libreto de su disco debut ("Pieces of you"), Jewel había incluido poemas, y su música siempre tendió a las letras intimistas y a la quietud, rayando la cancamusa, incluso.

De esto (1994)


a esto (2003)


 mediaban nueve años, cuatro álbumes de estudio y una interesante transformación.

No obstante, a pesar de la revolución en el envoltorio, la letra de "Intuition" no se aleja tanto de los principios que Jewel ha mantenido durante su carrera. La canción nos invita a no dejar que nuestras emociones sean controladas por las marcas (you learn cool from magazines / you learn love from Charlie Sheen), a que sigamos nuestras intuiciones "porque ellas nos llevarán por el camino correcto".

El video lo dirigió Mark Klasfeld, que se gana la vida mayormente con la dirección de videoclips. Jewel pasea por la calle, y en cada esquina, en cada escena cotidiana a la que no prestamos atención, surge un anuncio, un mensaje comercial. Para remarcarlo, las partes anodinas están filmadas con muy poca calidad, como con videocámara doméstica, mientras que las comerciales están hechas con mejor grano e imagen, enfatizando el mundo perfecto y de fantasía que las marcas intentan vendernos con sus anuncios.

Justo al medio minuto de video vemos esa primera transición que transforma la realidad en un anuncio de refresco (y que de paso nos informó de que Jewel tiene pechos):


De igual forma, el hecho de que cada 'marca' lleve el nombre de Jewel nos da otra clave, la denuncia de que determinadas personas, por haber alcanzado una notoriedad pública o un cierto grado de fama, se conviertan en marcas por sí mismas, con la deshumanización que eso implica.

El video también hace hincapié en la hipersexualización comercial, especialmente de las mujeres. Sex sells, que se suele decir; en la industria de la música, los bailes sensuales con ropas cortas están constituidos como pan nuestro de cada día, vengan o no al caso, y de eso (de esa superficialidad y de ese culto a la apariencia física) se queja irónicamente Jewel a partir del 0:46:

La moza enseña sus cachas de Alaska

Seguimos con anuncios de vaqueros que recuerdan a Levi's (1:16) y de ropa deportiva (1:27), siendo este último modificado en Estados Unidos porque a Nike no terminó de hacerle gracia la evidente semejanza con su logotipo.

Tras parodiar un desfile de modelos, el video presenta un interludio con manifestantes que protestan de forma génerica (los carteles son deliberadamente ambiguos) y que se convierten en bailarines de un videoclip de Jewel, con una estética hip-hopera. Un rótulo asoma por la parte inferior de la campaña, simulando un mensaje de un espectador: "la música de Jewel suena mucho mejor ahora que baila, ¡me encanta!"; es la forma de criticar a las estrellas del pop que están puestas exclusivamente para menear el pandero. No es el caso de Jewel, a la que vemos moverse lo justito para que no parezca una estatua, pero con muy poquita gracia. Parece que años después intentó ponerle remedio a ese poco talento coreográfico participando en el "Mira quién baila" americano pero tuvo que retirarse al sufrir fracturas en ambas tibias en las semanas de ensayos previos.


Antes de entrar en la última secuencia del video, en la que se alarga el concepto anterior pero con temática bombera (ya que hay unos bomberos en la vida real haciendo su trabajo), se nos presenta a un indigente que se transforma en un idílico anuncio de cerveza. En la parte final, de nuevo se sexualiza de forma innecesaria, y en cierta forma ridícula, lo que realza el tono paródico de todo el videoclip.


Al final, Jewel se marcha, supongamos que a su casa, poniendo cara de "ay qué mundo éste", pero nos deja su mensaje, para que no persigamos un estilo de vida sólo porque se nos machaque a diario con que es el que debemos querer mediante la publicidad y los anuncios.

A no poca gente le resulto irónico luego que Jewel cediera esta canción para una campaña publicitaria de maquinillas de afeitar. Irónica hasta el final, la muchacha de Alaska.






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