miércoles, 30 de mayo de 2012

Britney Spears - "I wanna go" (2011)

"Gimme more", single presentación del (hasta la fecha) mejor disco de Britney Spears, "Blackout", fue el primer video de la cantante que no consistía en una alternancia de mohines y carusas con coreografías más o menos trabajadas. Britney se metía en el papel de una bailarina erótica que se contoneaba sensualmente alrededor de una barra vertical. Por eso, cabe decir que la originalidad del planteamiento de "I wanna go" tenía al menos un precedente en la carrera de la Spears.

"I wanna go" (tercer single de "Femme Fatale") es una canción acerca de desinhibirse y hacer lo que a uno le salga de las narices, sin detenerse a considerar cómo lo juzgarán los demás. En ese sentido, es una alegoría del estado de ánimo de la Britney post-locurón, tras superar aquel episodio en el que le pudo la presión de la prensa rosa, los paparazzis, los fans y todo el universo creado a su alrededor que la hizo perder el contacto, abruptamente, con la realidad.

El video está dirigido por Chris Marrs Piliero, quien deja patente su nombre en el 0:05. El director entendió, tras ver a la cantante en "Cómo conocí a vuestra madre" y "SNL", que Britney tenía un cierta vis cómica inexplotada, y quiso sacarla a relucir en la escena inicial del videoclip, una conferencia de prensa para presentar la gira "Femme Fatale". Para empezar, la camiseta que luce Britney parece un claro recado a su pasado como presentadora del Club Disney, lanzando el mensaje "sí, esto lo hice en mi infancia, no me lo recuerden más".


Las preguntas ridículas que los periodistas plantean son una crítica velada a la superficialidad de la prensa que sólo busca exprimir al famoso al margen de su trabajo:

Periodista 1: ¿Es verdad que has prohibido la comida basura, las sonrisas, los caramelos, la luz del sol y la alegría de tu tour "Femme Fatale?.
BS: sí, en efecto.
Periodista 2: Britney, ¿puedes confirmarnos que estás esperando un hijo de Brad Pitt?
BS: no, eso falso, son quintillizos.
Periodista 3: Britney, ¿me hace gordo este traje?
BS: sí.
Periodista 4: ¿Es verdad que odias a los cachorritos?

Ahí Britney se harta, y la escena se convierte en un llámalo guiño, llámalo homenaje, llámalo referencia, de una de las escenas de la película indie "Half Baked", en la que el protagonista manda a la mierda literalmente a todos sus compañeros de trabajo (menos a uno, al que le dice "tú molas") antes de despedirse y dejar su curro en una hamburguesería. Britney hace exactamente lo mismo con los periodistas (f*** you, f*** you, you're cool, f*** you) y abandona la sala.

El periodista al que Britney señala y da su aprobación mediante un "you're cool" es Guillermo Díaz, que participó en la citada "Half Baked" (de ahí la corona de cartón como las que se dan en las hamburgueserías), y que vino a sustituir a un Kellan Lutz que no vio claro el concepto del video y declinó participar. Díaz es un actor más bien televisivo.

El caso es que Britney sale a la calle un poco cabreada y con ganas de liarla. Un fan le pide un autógrafo y ella de paso le regala un pequeño magreo en el culo. Luego, ante la mirada atónita de un niño un poco espeluznante (1:32), Britney hace un amago exhibicionista para que un policía de muy buen ver la cachee un rato.

Esta Britney sí que sabe

Se ve que el cacheo llegó a buen puerto, porque luego Britney se lleva las esposas y el policía se abotona la camisa. A pesar de ser un flagrante incumplimiento de su deber, parece que al policía le compensa.
Entrando en el minuto 2 empieza el nudo central del video: la lucha de Britney contra los paparazzis que la acosan vaya donde vaya en busca de una instantánea con la que inundar Internet y, si es posible, ridiculizarla y criticarla. Britney rompe una cámara en un acceso de rabia y en primera instancia huye de los fotógrafos, pero luego, a partir del 2:30, decide plantarles cara.


Atentos al detalle de la cartelera del cine. "Crossroads 2: Cross Harder" es una forma paródica de recordar aquella infame película con la que nos torturó Britney Spears a inicios de la década, en el apogeo de su carrera como estrella adolescente, y que hace un guiño también a la segunda parte de "Die Hard". Haber consentido una mención como ésta demuestra el grado de madurez de la artista, dispuesta a reírse de sí misma y de sus errores.

Britney sólo tiene un arma frente a los paparazzis: su micro. Es una forma de decir: "vosotros me queréis para sacar escándalos y vender más revistas basura, y ante eso lo que yo tengo es mi trabajo, mi música y mi forma de expresarme". Así que la cantante les atiza a todos con el micrófono. Sin embargo, cuando parece que están todos k.o....


¡No son paparazzis, son Terminators! La metáfora es fantástica. Britney los presenta como robots sin sentimientos, imposibles de anular porque siempre vuelven, aparentemente indestructibles e incansables en su labor de amargarle la vida. Cuando parece que ya está acorralada, Guillermo Díaz la rescata en su coche y ambos huyen por una carretera. En el 3:41 llega la parte más incomprensible, cuando el actor vierte sobre sí un brik de leche, cosa que Britney, a juzgar por su cara, encuentra de lo más sexy.


Pero la leche no le sienta bien a Guillermo, no por intolerancia a la lactosa, sino porque él también es un robot. Quizás Britney haga aquí una referencia a Adnan Ghalib, un fotógrafo con el que estuvo saliendo pero que terminó siendo tan sinvergüenza como los demás.

Al final de video resulta que Britney, cual Antonio Resines, lo ha soñado todo porque se ha quedado medio traspuesta gracias al nivel de tontería de las preguntas de los periodistas. Cuando uno de ellos le pregunta por qué le engaña su mujer, Guillermo aparece para cerrar el turno de preguntas y llevarse a la cantante, diciéndole "me encantan los sueños y las conchas marinas". Todo muy absurdo, como toca en el mundo onírico. El último plano es una referencia al final del "Thriller" de Michael Jackson, con un Guillermo que mira a cámara con los ojos rojos mientras pasa el brazo por encima del hombro de Britney.

0% de risas de Vincent Price

En mi opinión, el video de "I wanna go" es una inteligente reivindicación de Britney como artista y como persona. Puede que no nos guste su música o que nos parezca que como madre no ha demostrado mucha cabeza, pero también es verdad que no sabemos lo que significa vivir con la presión constante de los medios, sometidos a juicio todos los días.




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