miércoles, 10 de octubre de 2012

Queen - "Bohemian Rhapsody" (1975)

Tras una ausencia imperdonablemente larga de la que soy única responsable y por la que pido disculpas, vuelve Mil y un videos con el primer grupo que tiene el honor (oh, gran honor) de repetir en este blog: Queen. Si ya el año pasado hablamos de su icónico "I want to break free", en esta ocasión nos vamos hasta 1975, año del aclamado "A Night At The Opera", para deleitarnos con una de sus canciones más absolutamente locas y maravillosas: "Bohemian Rhapsody".

Y digo bien: loca y maravillosa. Loca, porque es una canción en la que caben una balada, un solo de guitarra, un segmento operístico, un segmento rockero y una vuelta a la balada. Maravillosa, porque es asombroso el modo en que piezas tan dispares encajaron con tanta facilidad para resultar agradables al oído. No era algo que se estilase en plenos años 70, y eso que la experimentación musical había tenido un empuje extraordinario en los quince años precedentes. Casi toda la composición, en música y letras, se debe al talento de Freddy Mercury, que otra cosa no sería, pero creativo lo era a raudales.

A pesar de que los videoclips eran una práctica bastante común ya en aquellas fechas, fue a partir de "Bohemian Rhapsody" y su éxito cuando se convirtieron en norma promocional para las discográficas. Además, dada la propia complejidad de la canción, interpretarla en directo en programas de tanta audiencia como "Top of the Pops" (BBC) entrañaba grandes dificultades, y, como bien argumentó el guitarrista Brian May, un playback de esta canción sería ridículo y hasta ofensivo. El video lo dirigió Bruce Gowers, director y productos de televisión especializado en eventos de grandes proporciones, que ya había trabajado antes con Queen.

El video se inicia con las siluetas de tres de los componentes, que ocultan en la sombra a Freddy Mercury, cantando casi a capella, iluminados en una forma que recuerda a las fotografías de Marlene Dietrich:


Llegados casi al primer minuto, vemos a Freddy cantando, sentado al piano, la triste historia de un hombre joven que se despide de su madre porque ha sido condenado por asesinato, mientras John Deacon le observa, bajo en mano. Del estilo capilar de todos los miembros de la banda se deduce fácilmente que aquello son los años 70.

El video se rodó en apenas cuatro horas, dado que no requería grandes despliegues de grabación, y tuvo el modesto coste de 4.500 libras. Además, había que tenerlo listo para su emisión esa misma semana, por lo que tampoco estuvo mucho tiempo en post-producción. Casi todos los efectos fueron grabados al mismo tiempo que el video.

Destaquemos de esta primera sección el audaz maquillaje de Freddy Mercury, que nos demuestra que, con todo su talento (que no fue poco), Amy Winehouse no inventó nada:


A partir del 2:25, Freddy decide que ya está bien de tanto piano y se viene arriba; se arranca micrófono en mano con sus compañeros, de entre los que sobresale un Brian May con una chaqueta irrepetible, y que nos ofrecerá un espléndido solo de guitarra. Todo transcurre, por cierto, en un muy sobrio y austero escenario, sin público, en el que apenas unos focos se dejan llamar a sí mismos "decoración".

Entrando en el 3:10, da comienzo la parte operística, con un plano a contraluz de Mercury vestido como el príncipe de Beckelar:


A partir de ahí todo es más rápido que hasta el momento; las imágenes juegan con las voces y con los efectos, desde las luces atenuadas o focalizadas, hasta lentes de colmena o efectos frente a un monitor (en concreto, la cara de Mercury extendiéndose infinitas veces).


En el 4:14 recuperamos la parte rockera, y les vemos en el apogeo estilístico del videoclip:

Me cuesta entender que esos monos ceñidos de raso con torera no hayan vuelto a ponerse de moda

La canción va recuperando la calma, y el video volviendo a sus inicios en el 4:57, con Freddy al piano, y al final de todo los cuatro retornando a su posición original. En el último plano vemos a John Deacon golpeando un gong al estilo de las películas de Rank Organisation, una productora británica cuyo "león de la Mayer", por decirlo así, era un tipo sin camiseta haciendo sonar un gong, y que era muy popular en la época.

Escuchar Bohemian Rhapsody es como escuchar tres canciones en una, una riqueza sonora de la que no te aburres, y cuyo videoclip tiene el valor de haber sabido trasladar esa complejidad a imágenes de una forma genuina, sin afectaciones narrativas que distraigan de lo verdaderamente importante: la canción.

2 comentarios:

ana nerea ♥ dijo...

Dos errores...
Primero, se escribe Freddie.
Segundo, al final del video se ve claramente a Roger. En primer lugar: lógica, él es el de la percusión; en segundo ese cuerpo, ese cabello y ese rostro no se pueden confundir con los de John Deacon.

Ana dijo...

Saludos, Ana Nerea. Gracias por tus puntualizaciones. Para la segunda no tengo disculpa, para la primera es un poco la costumbre y haber leído "Freddy" en lugar de "Freddie" en varios sitios. Muchas gracias por leernos y un saludo afectuoso.

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