miércoles, 8 de marzo de 2017

Lady Gaga feat.Beyoncé - "Telephone" (2010)

Situémonos. Lady Gaga en el apogeo de la versión extendida de su primer disco, "The Fame Monster". Lady Gaga llevando el mamarrachismo, el mejor mamarrachismo (no uso esa palabra con intención peyorativa, que conste), a su mayor gloria. Lady Gaga dominando el panorama musical. En ese contexto, llegó "Telephone", junto a una Beyoncé que se apunta a un bombardeo.

En su momento se habló del video de "Telephone" como "el Thriller de nuestra época". Y qué quieren que les diga, ni mucho menos. Divertido, impactante, entretenido, lleno de color, visualmente maravilloso, sí, incluso inolvidable. Pero "Thriller" fue un punto de inflexión en la historia del videoclip, un antes y un después. "Telephone" es un video recordado, pero ni de lejos ha tenido ese impacto.

Lo primero que hay que reseñar de este videoclip es que es la fiesta del "product placement", en cierta forma es un anuncio largo y con glamour. Hasta nueve marcas (al menos he contado yo) se publicitan a lo largo de los casi diez minutos de esta mini-historia, llegando a un público muy amplio de jóvenes y menos jóvenes.


El video, dirigido por el sueco Jonas Akerlund (un experto en este campo) se inicia en el punto en el que terminó su anterior single "Paparazzi", con Gaga ingresando en prisión por matar a un amante, de la mano de dos recias guardas que comentan jocosas entre sí que Gaga no tiene pene, refiriéndose así a los rumores que corrieron durante un tiempo en los que se aseguraba que la cantante era hermafrodita.

En lo que quizás sea una velada crítica al sistema penitenciario estadounidense, vemos que las presas no llevan uniforme sino sensuales atuendos.


A la pobre Gaga la dejan semidesnuda en su celda, y de ahí pasamos a ver el patio de la cárcel, lleno de mujeres que no renuncian a sentirse sexys cuando están musculando.


Y en ese momento aparece Lady Gaga por el patio, encadenada absurdamente y luciendo unas gafas de cigarrillos, no menos absurdas, porque a una mujer que una vez se hizo un vestido con filetes no le vas a poner límites.



Tras un poco de soft porn lésbico, pasamos a ver el interior de la prisión, donde las tanganas se arman fácilmente, ante la pasividad del personal que debería velar por la seguridad. En mitad de una pelea de gatas, llaman por teléfono a Lady Gaga y empieza la canción cuando ya llevamos casi tres minutos de videoclip.

Por fin una escena de baile se sucede en el pasillo de la cárcel, y luego vemos a Gaga en otro atrevido estilismo, envuelta estratégicamente en cintas policiales. 


Pero no a va a estar presa Lady Gaga toda la vida, porque Beyoncé le ha pagado la fianza y va a recogerla en la Pussy Wagon. Esta colorida camioneta no es sólo una referencia directa a la camioneta del mismo nombre que conducía Uma Thurman en "Kill Bill", sino que fue una sugerencia del propio Quentin Tarantino, quien al conocer la idea del videoclip le ofreció a Gaga usar este icónico vehículo. De la misma forma, el nombre del personaje de Beyoncé. Honey B, homenajea a Honey Bunny, la atracadora de "Pulp Fiction".

Beyoncé y Gaga charlan en el interior de la camioneta sobre llevar a cabo los planes que tienen en mente ("una vez matas a la vaca, tienes que hacerte la hamburguesa", dice Lady Gaga). En esta escena es cuando nos damos cuenta de que Beyoncé es mucho mejor cantante que actriz. El modo en que le dice "You've been a very bad girl, a very very bad bad girl, Gaga" es bastante sonrojante.


Y no llevan cinturón. A la DGT que van.

Beyoncé quiere vengarse de un novio que la trata malamente, un tipo desconsiderado y buscabroncas que intenta armarla en el local sin venir a cuento. Para ello, de una forma que no tiene el menor sentido, entiende que lo mejor es asesinarle a él y además a toda la gente que está en el restaurante con ellos, un homicidio masivo de personas inocentes que cometieron el error de ir a comer en el videoclip equivocado. El veneno lo prepara Lady Gaga, acompañada de un coro de bailarines entregados por igual a la danza y al empozoñamiento.

Mi favorito es el de delante, el que habla por teléfono con una lechuga, porque lo da todo.

Atendamos en esta imagen con qué gracia, y de nuevo imposible indumentaria, sirve Gaga, improvisada camarera, esta comida letal.


Contentas por haber llevado adelante el asesinato de un gañán y de decenas de personas que pasaban por allí, Gaga y Beyoncé se visten al estilo de una super heroína americana y se ponen a bailar en el restaurante, en medio de los cadáveres. Una imagen que combina morbo y bailoteo para dejar al espectador con el culo torcido.

Ambas huyen en la Pussy Wagon, perseguidas por la policía y los medios, luciendo (one more time) atuendos de dudosa comodidad pero elevado glamour.


En los segundos finales, Gaga asegura que se marcharán muy muy lejos, y Beyoncé le hace prometer que nunca volverán. Y así se van, con un helicóptero siguiéndolas pero cogidas de la mano, porque hay que mantener la sororidad hasta en lo criminal. El final incluye un "to be continued" para el que aún estamos a tiempo.

"Telephone" es un video que no me canso de ver. Algunas voces lo criticaron por la banalización que hacía de la violencia, pero creo que esto hubiera sido más difícil de escuchar si en vez de Gaga y Beyoncé hubieran sido, qué sé yo, Justin Timberlake y Drake. 





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