sábado, 16 de marzo de 2013

Genesis - "Jesus He knows me" (1992)

A Phil Collins lo de hacer un poco el payaso siempre le tiró, hasta que su progresiva pérdida de audición y sus problemas articulares en las manos le agriaron el carácter. Intentó saciar su vena interpretativa en sus videoclips y en películas como Buster: el robo del siglo. Y tengo la impresión de que sus ganas de actuar las contagiaba a Mike Rutherford y a Tony Banks, los otros dos miembros de Genesis, para hacer videos como éste que hoy comentamos.

"Jesus He knows me" es el cuarto single de "We can't dance", el exitoso album con el que Genesis inauguró los 90. Su letra es una critica mordaz, directa y ácida de los telepredicadores tan en boga en las televisiones norteamericanas, gente que había extendido el reino de Dios a las televisiones y no sólo se dedicaba a predicar la buena nueva del Evangelio a una población profundamente religiosa, sino que incorporó un componente económico de elevada rentabilidad. En aquella época, alguno de los nombres más relevantes estaban siendo investigados por estafa.

El video es una fiel traslación en imágenes de la letra de la canción, en la que Collins canta cosas como "si quieres estar más cerca de Él, arrodíllate y empieza a pagar" o "Dios cuidará de ti, simplemente haz lo que yo te digo y no lo que yo hago".

La versión larga del videoclip comienza con una introducción a cargo de Phil Collins en la que explica que sintió que el Señor le llamaba por los caminos catódicos a través de una especie de revelación en forma de viaje astral en el que se vio rodeado de estrellas. También explica que Dios en persona le ha encargado que recaude 18 millones de dólares para el fin de semana, y claro, cuando eso te lo encargan desde tan arriba, tienes que cumplir. Al final de su discurso, Collins aspira por la nariz y guiña el ojo de una manera tan peculiar que se nos hace explícito, sin más recursos, que el telepredicador ha estado consumiendo sustancias muy poco religiosas.

Desde la siguiente secuencia vemos a los tres miembros de la banda desplegarse con una fanfarria muy alejada de la humildad que suele ir aparejada a la espiritualidad sincera. No son predicadores sino estrellas televisivas, seguidas por una cohorte de asesores, personal de seguridad y estilistas (siendo éstos los más inútiles a tenor de las pintas que nos traen).


En las manos sostienen revistas ficticias en las que ocupan las portadas como las celebridades que son: "Spiritu Illustrated" o "Rolling Souls". Ya lo dicen más adelante en la canción: "no tienes que salir de casa ni levantarte de la silla // ni siquiera tienes que tocar el mando, porque estoy en todas partes", lo que representa una crítica brutal no sólo a quienes venden la espiritualidad como un producto, sino también a quienes la compran.

Por algún motivo, Genesis interpreta a dos tríos diferentes de telepredicadores, y en el plano a partir del 1:52, vemos el plató de televisión desde donde los tres, con sus respectivas familias (el respaldo de la familia "como Dios manda" es imprescindible para este negocio") cantan las alabanzas del Señor y acabarán recaudando millones. La presencia de los niños en el plató nos recuerda que este tipo de estafadores sin escrúpulos no respeta ni a los menores. Obsérvese cómo el decorado recrea un espacio religioso de garrafón. Pero da el pego, porque esto no va de rezar y creer, va de hacer espectáculo. Esto es televisión.


Mike Rutherford encarna en la siguiente secuencia la hipocresía de esos telepredicadores que "venden" los valores familiares como un activo de su espiritualidad de pago, pero que luego, fuera de cámara, hacen de su vida algo mucho más interesante y, sobre todo, menos cargado de connotaciones pecaminosas.


Y hasta tal punto llega la falsedad que a Rutherford, que se supone tocado por la gracia de Dios para estos menesteres, tiene que irle indicando sus frases y sus entusiasmos un regidor.

Como curiosidad, cabe destacar que este cartel que un público entregado alza en el 2:40 no hace referencia a ningún versículo del Génesis, sino al hecho de que los tres miembros de la banda llevaban juntos ya 25 años. En su momento, se prestó a confusión.


La denuncia más contundente llega a partir del minuto 3:10, en la que los tres esforzados telepredicadores se relajan y solazan con el fruto de su trabajo en la piscina de su enorme mansión, con las cariñosas atenciones de varias mujeres de muy buen ver (tres jamelgas en toda regla, podríamos decir) en bikini.

Nada más de que sufrir en este valle de lágrimas

En el 3:54, mientras Tony Banks se dirige en limusina hacia el plató, varias revistas aparecen sobreimpresionadas e incluso la portada de un disco del trío de predicadores, titulado "It's only an album, for Christ's Sake" (algo así como "Sólo es un disco, por el amor de Dios), haciendo más hincapié en la mercantilización de los sentimientos religiosos.

En la escena final regresamos al plató en el que, en medio de un éxtasis descontrolado, el dinero llueve del cielo y la gente entrega todo lo que tiene para cumplir la voluntad del Señor, lo cual sólo sirve para llenar los bolsillos de quienes han montado su negocio alrededor de la fe de la gente ingenua.

El video se cierra como empezó, con Phil Collins cada vez más poseído de sí mismo, pidiendo a los televidentes que pongan sus manos contra las suyas en la pantalla, y finalmente desalojado por Rutherford y Banks.

"Jesus He knows me" nos previene contra los sinvergüenzas más evidentes, los que emplean los fuegos artificiales de la tele para engañarnos y desplumarnos. Es un primer paso. Pero siempre hay que estar alerta contra los que son más sibilinos.




2 comentarios:

Paco Fox dijo...

Modo ateo cabrón on: Las sustancias puede que sean ilegales, pero la historia nos demuestra que los estupefacientes son altamente religiosos para alcanzar éxtasis místicos en todas las religiones :-)

Ana dijo...

Saludos, Paco Fox. Creo que Jodorowsky, con una cámara en una mano y un porraco en la otra, te daría la razón. ¡¡Gracias por leernos!!

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